FRÁGIL
Histeria colectiva, el pánico
corruptor del mortal, el miedo acrecentándose paso tras paso, hora tras hora,
vemos tras la pantalla de la mísera información el destino y su medrosa
existencia, la pandemia se ha decretado todo estatus puede perderse simplemente
porque la enfermedad llegue o no, pudientes podrán tener cura o solución, las
casa están asechadas de viles lobos medicinales, cae el vértigo de una sociedad
tambaleante.
Al caminar tan delicado de la
percepción de la mismísima existencia, odio y amor, cual sea no es más que
inventos ante el acoso incesante de la muerte.
El destino se traza en límites tan
efímeros siendo más bien el karma de todo enfermo el morir vomitando suplica a
los dioses, cuyas suplicas son más que un silencio ante la ausencia de
remordimiento por nuestra extinción.
Extinción tan necesaria y aun así lo
dudo que esta llegue a concluir, elites o simples adaptados a la enfermedad o
su ambiente vivirán el orden será así nuevamente dictaminado, un orden que
mantiene y mantendrá sometidos a los débiles materialistas.
Ego y fuerza y así gime la perra
prostituta rata que procrea otro ser en este mundo, esta si puede vivir
devorara lo que quede y su estirpe se extenderá sobre la faz de la tierra.
Otra raza será quien reciba los
látigos de la existencia, el genoma
humano se adaptara asi se ha dicho y pues simplemente será intransigente la supervivencia.
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